lunes, 1 de diciembre de 2008

La Vaca indecisa

Había una vez una vaca tan, tan, tan , pero tan gorda, que los que la veían la confundían con un elefante.

- Miren a ese elefante blanco con manchas negras, decía la gente que la veía por el campo.

Y ella se ponía triste, triste. Así que decidió ponerse a régimen, empezó a comer poco, rechazaba la pastura, bebía el agua suficiente, corría de un lado al otro del establo, hacía ejercicio todo el día, levantaba a las otras vacas para fortalecerse y dormía poco.
En un mes de dieta, la vaca había bajado tanto de peso que era irreconocible.
Así que había una vez una vaca tan, tan, tan, pero tan flaca, que la gente pensaba que era un perro.

- Miren a ese perro blanco, con manchas negras, qué raro.

Confundida, la vaca, comenzó a comer otra vez. Sólo grasas para subir pronto de peso y sentirse más fuerte. Así que redobló el ejercicio, no quería sólo ser más pesada, sino fortalecer sur músculos, ser más atractiva.

Así que había una vez una vaca tan, tan, tan pero tan musculosa y fuerte, que la gente la confundió con un felino.

- Miren a ese felino blanco, con manchas negras, qué fea que está, le gritaron.

Todavía más triste, la vaca dedicó sus ejercicios a ponerse más guapa, dejó el ejercicio, utilizó la pastura para hacer tintas de colores y maquillarse, se hizo un collar con las piedras que encontró a su paso y con una rama se peinó para estar a la moda.

Así que había una vez una vaca tan, tan, tan, pero tan glamorosa que se veía muy artificial.

- Miren a ese felino blanco con manchas negras que parece vaca, está muy guapa, pero seguramente es muy tonta, susurraron a su lado.

Totalmente desesperada y con más peso que antes, la vaca decidió que tenía que leer todos los días los periódicos, adquirió muchos libros y unas gafas para ver de cerca.

Así que había una vez una vaca, tan, tan, tan, pero tan intelectual, que la gente dudó de ella.

- Miren a esa vaca, se ve que es muy pretenciosa.

Cansada de todo, la vaca tiró sus pertenencias a la basura, sólo guardó en el establo los libros y el maquillaje que más le gustaron y decidió engordar y ser una vaca en toda la palabra. Gorda, gorda, pero muy vaca.

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